I PARTE: La sencillez y la humildad
Para San Vicente las virtudes son las únicas “facultades” o “potencias” capaces de generar, en la comunidad vicentina, un dinamismo creador y vivificante. Estas virtudes que se expresa “son condensaciones de la vida
de Cristo. No tienen fuerza por sí mismo, son solamente la expresión de la fuerza de Jesús por ellas y en ellas” (A. Dodin, San Vicente de Paúl y la Caridad, CEME, Salamanca 1977, p. 72). Las virtudes tomadas por San
Vicente de su peculiar visión del Hijo de Dios encarnado en la tierra y evangelizador de los pobres, son la sencillez, humildad, mansedumbre, mortificación y celo por la salvación de las almas.
Estas cinco virtudes San Vicente las quería para toda la Familia Vicentina, no sólo para la Congregación de la Misión, pero ¿Por qué estas cinco virtudes y no otras? – Contestaría San Vicente: “He escogido principalmente
las virtudes que son más apropiadas para la evangelización” -. Estas cinco virtudes las reduce San Vicente a tres cuando propone el espíritu de las Hijas de la Caridad: sencillez, humildad y caridad…