Hermanos y hermanas seguimos avanzando en nuestra preparación para celebrar la VENIDA DEL SEÑOR.  

Todavía en estos días nos preparamos para recibirlo en su segunda venida, aquella que según la escritura será con poder en gloria y majestad y esto lo seguiremos haciendo hasta el día 16 y a partir del día 17 nos seguimos preparando, pero esta vez para recibirlo en su primera venida hecho niño en Belén. Insisto en el tema pues atrapados por la corriente comercial ya incluso desde antes de que empiece el ADVIENTO se nos induce a pensar en la fiesta de PAPA NOEL, y nosotros empezamos a instalar las luces de colores, el árbol de la Navidad, el nacimiento. 

Todo esto que está bien pues despierta en nosotros el deseo de celebrar el NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS, pero nos distrae de lo que se quiere celebrar en el TIEMPO DE ADVIENTO, las dos venidas del salvador del mundo, la SEGUNDA VENIDA con poder, en gloria y majestad para establecer los cielos nuevos y la tierra nueva, y la PRIMERA VENIDA nacido niño en Belén para ser el salvador del mundo. 

Es aquí a partir del día 17 en que se debería armar el nacimiento, que nos recuerda el MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN, y al contemplarlo podemos hacer un recuento de la historia de la salvación, pues si nos fijamos en el conjunto podremos descubrir el acto creador del mundo en todo lo que está representado, montañas, manantiales, árboles, animales, y dominando todo el conjunto y como punto central está el misterio de la encarnación representado en el niño recién nacido y envuelto en pañales puesto en el pesebre, acompañado por José y María y para darle calor al recién nacido acompañan el buey y el burro. Ya lejos se ve llegar a los magos que vienen a adorar al rey que ha nacido. 

El evangelio de este domingo nos vuelve a presentar la figura de Juan el Bautista, pero esta vez se resalta de él su tarea asignada por Dios el SER TESTIGO de la luz y para que por medio de su testimonio todos vengan a la fe. 

Por la tarea realizada por Juan de predicar un bautismo de conversión y practicar un bautismo de agua en el río Jordán, ha despertado la atención entre los judíos que desde Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas para que le preguntaran sobre su identidad. El interés despertado es querer saber si es el mesías, o el profeta Elías o alguno de los profetas y ante las respuestas negativas que Juan da, le insisten en preguntar sobre su identidad, pues desean llevar una respuesta a aquellos que los han enviado, los judíos. 

Es cuando le preguntan qué dices de ti mismo que responde Juan tomando las palabras del profeta Isaías “yo soy la voz que grita en el desierto: allanen el camino del Señor”. 

No conforme con la respuesta recibida los fariseos le preguntan la razón por la que bautiza, ya que Juan acaba de decir que no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta y entonces aprovecha Juan para dar testimonio de uno que no conocen pero que sin embargo ya está en medio de ustedes. Es uno más grande que yo por eso yo no me siento digno de desatar la correa de la sandalia. 

El evangelio lo podríamos resumir haciendo decir a Juan yo no soy el que ustedes creen que vendrá, pero sepan que ya está en medio de ustedes y no lo han reconocido. 

Este tercer domingo de Adviento es conocido como el Domingo de la alegría y la razón para alegrarnos es saber, por el testimonio que Juan ha dado, que el Señor está en medio de nosotros y nuestra tarea es descubrirlo y al hacerlo alegrarnos con una alegría que no tendrá fin ya que Él es la razón de nuestra alegría. 

La tarea de esta semana es ESTAR ALEGRES porque el señor está en medio de nosotros.

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