DIOS YA VIENE, ¿POR QUÉ ESTAR TRISTES?

Sambo, era un joven que cuando llegó a casa luego de un día largo de trabajo, encuentra a su amigo, beto al pie de la puerta de entrada de su casa. Este estaba cabizbajo, y lloraba mucho. Sambo le preguntó: ¿por qué estás así?, ¿qué te pasa?, me preocupa verte así ¿qué tienes? A lo que él atinó sólo a mover su cabeza diciendo con esos gestos que no quería hablar con nadie. Sambo invitó a Beto a ir a un lugar un poco cerca de su casa. Este lugar era una especie de pradera, con abundante vegetación, mucho aire y un río cristalino. “Quiero que te quedes un momento aquí mirando todo esto”. Luego de unos momentos, beto, alzó su mirada y sólo atinó a exclamar: “Sambo, me acabas de hacer el mejor regalo de cumpleaños. Me has dado mucha paz y ahora puedo tomar buenas decisiones para mi vida y mi familia. Sé que Dios te ha mandado a mi vida, gracias”.

Delante de Dios hoy, ¿cómo te encuentras? ¿Realmente estás bien? ¿Por qué estás triste? La falta de dinero, la enfermedad de alguien, el que te hayan sacado del trabajo y no puedas mantener a la familia ¿te pone triste? ¿Estás como Sambo que al principio se dejó llevar por una eterna tristeza? ¿Crees que ya nada tiene solución? ¿De verdad lo crees?

Ya iniciamos el tercer domingo de Adviento, que también se conoce como el domingo de la alegría. Isaías nos presenta al Mesías que llega de una manera muy particular. Sobre Él se posa el Espíritu del Señor y eso comporta mucha alegría, una alegría desbordante: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido…Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios” (Is.61,1-2ª.10-11). ¿Sabes? Te recuerdo que tú, yo y todos tenemos al Espíritu Santo, por nuestro bautismo. ¿No les parece que eso es un motivo de gozo grande en nosotros? ¿Acaso lo malo que podamos estar viviendo a nivel personal, familiar, social o mundial, es un motivo para que se agote la alegría que comporta la llegada de Dios? Él y no otro, quiere vestirte de fiesta de gala con el traje de la esperanza, del amor y de la fe, porque te ama.

Beto, el personaje triste de la historia, pudo encontrar paz, esperanza y alegría, en esa naturaleza; Sambo sirvió de medio para ello. Hay un pedido de parte del Apóstol: “Estén siempre alegres. Sean constantes en orar. Den gracias en toda ocasión” (1Tes.5,16-24). Este mismo pedido lo podemos ver en Filipenses 4,4: “Estén alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres”. Cuidado con sembrar tristeza, miedo, o confusión a los demás; la vida de esas personas no tendría sentido. San Pablo lo habla así: “No apaguen el espíritu…Guárdense de toda forma de maldad”. Tiempo de adviento es un tiempo para ser muy prudentes en todo: en el hablar, en el pensar, en el actuar. No cuesta nada. Si nos abrimos a la gracia, Dios hará siempre maravillas. Estamos llamados a animar a mucha gente que ha perdido, como Beto, la alegría y las ganas de vivir, y a llevarles por caminos del Señor.

Juan el Bautista aparece en este tiempo de adviento (Jn.1,6-8.19-28). ¿Cómo es él? Enviado por Dios, testigo de la Luz (Cristo), medio para que muchos se abracen a la fe, voz que grita en el desierto: “allanen el camino del Señor”, aquel que señala que Jesús es el que da sentido a la vida (el que quita los pecados del mundo).

¿Por qué no asumir esta tarea como un reto permanente? ¿Mi fe es estática o dinámicamente misionera? ¿Cuántos cristianos conformistas hay en este mundo? Hay gente que necesita una voz profética de esperanza (como Sambo, personaje de la historia) para que se acerquen a Dios, para que dejen las actividades “de las tinieblas” (Rom.13,12).

María Santísima, siempre Virgen, la mujer de la Esperanza, canta con total libertad las grandezas o maravillas del Señor, su espíritu se alegra porque Dios le ha salvado, porque ha hecho obras grandes por ella, porque su nombre es santo, porque su amor llega a todos sin excepción (Lc.1,46-50.53-54). ¿No les parece que María tuvo muchos elementos o motivos suficientes para alegrarse en el Señor? ¿Cuáles son los tuyos? ¿De verdad tienes motivos para alegrarte?

Te digo que el mayor motivo para alegrarse es Dios mismo. Si estás triste, por favor mira a Jesús que viene; si estás sin esperanza, por favor mira a Jesús que viene; si estás sin ganas de vivir, por favor mira a Jesús que viene; si tienes problemas con tu matrimonio y tus hijos, por favor mira a Jesús que viene; si te falló alguien en la vida, incluso gente de Iglesia, por favor, mira a Jesús que viene; si no te anima el testimonio de otros, incluso de los que más amas que te fallaron, por favor mira a Jesús que viene; si hay gente que está enferma del alma y/o del cuerpo, o tú mismo estás enfermo, por favor mira a Jesús que viene; si piensas que hay tinieblas y no luz, por favor mira a Jesús que viene; si hay personas que destruyen vidas humanas o les quitan todo lo necesario para vivir y caminar adelante, aunque parezca mentira, por favor mira a Jesús que viene; si hay alguien que está a punto de morir, intenta decirle que por favor mire a Jesús que viene.

Dios ya viene, ¿por qué estar tristes?

Con mi bendición.

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