Llegamos ya al domingo XX del tiempo ordinario después de haber celebrado la fiesta solemne de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos fiesta que nos ayuda a recordar cual es nuestro destino final. 

Este domingo el evangelio nos presenta al señor Jesús yendo a territorio de Tiro y Sidón luego se haber despedido a la gente que vino de diversos lugares para escucharle y que termino con el acontecimiento de haber comido todos en lugar descampado donde no hay lugar para comprar comida, y después de esto subió a la montaña a hacer oración y al bajar fue al encuentro de los discípulos a quienes había pedido que se adelanten en la barca y cuando se les acerco luego del susto superado ante la afirmación de que era Él y no un fantasma, Simón Pedro le pidiera le mandara ir hacia Él caminando sobre las aguas y aunque empezó a avanzar luego se hundió siendo rescatado por el Señor quien le reclamo por su duda y su falta de fe. 

Mantenerse sobre el agua expresa absoluta confianza, hundirse en el agua expresa falta de confianza. 

El Señor Jesús tiene muy clara la misión que el Padre le ha encomendado “Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel” ya antes también cuando envió a sus discípulos les dio el mismo encargo que fueran a buscar a las ovejas descarriadas de Israel. 

El Señor Jesús ha dirigido sus pasos lejos de la ciudad santa de Jerusalén, hacia el norte llegando a territorio de Tiro y Sidón buscando a las ovejas descarriadas de Israel para invitarlos a volverse a Dios e integrarse nuevamente a su Pueblo. Estando en esta misión es que una mujer cananea, que carga con doble desventaja, ser pagana y ser mujer, al enterarse que Jesús está pasando por allí, el que en Genesaret había dejado tocar su manto y los enfermos quedaban sanos, se acercó gritando, para llamar la atención, “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David.” Ya en el grito de la mujer cananea hay una confesión de fe pues a Jesús lo llama Señor y reconoce que Él es el Mesías al llamarlo Hijo de David, pero junto con su confesión le hace conocer su necesidad y es que su hija está poseída. Al no encontrar respuesta la madre de parte del señor Jesús los discípulos interceden por ella pidiéndole que atienda su ruego, pero la motivación no es la necesidad de la mujer de que su hija sea liberada, sino que les causa molestia el que los persiga gritando. 

Ahora la mujer está delante del Señor delante de quién se postra para pedirle que la socorra y aunque Él tiene claro que ha sido enviado a buscar las ovejas descarriadas de Israel al ver la fe que manifiesta la mujer en su persona es que le hace saber que justamente por esa fe tan grande que ella tiene puesta en Él es que le hace saber que por esa fe se cumplirá lo que ella a deseado. 

Que diferencia a la fe de Pedro que se atrevió a bajar de la barca para ir caminando sobre el agua hacia el Señor, pero cuando sintió temor se empezó a hundir, sin embargo, la mujer se ha mantenido firme en su confianza en el señor Jesús a pesar que le hizo saber que no estaba bien dar el pan de los hijos a los perros, ella confió hasta el final recibiendo la recompensa por la firmeza de su confianza en el Señor. 

QUE LA CELEBRACIÓN DE LA FIESTA SOLEMNE DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN CUERPO Y ALMA AL CIELO NOS HAYA ECHO CAER EN LA CUENTA CUAL ES EL DESTINO AL QUE ESTAMOS LLAMADOS TODOS LOS CREYENTES QUE CONFIANDO EN EL SEÑOR MANTENEMOS FIRME NUSTRA CONFIANZA EN ÉL.  

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