FUI FORASTERO Y ME ACOGIERON PONENCIA

FUI FORASTERO Y ME ACOGIERON – PONENCIA

“FUI FORASTERO Y ME ACOGIERON…”
PERSPECTIVAS BÍBLICAS
A LA LUZ DEL AÑO JUBILAR DE LOS 400 AÑOS DEL CARISMA
VICENTINO

P. Mario Yépez Barrientos, cm

 

  • La consigna de este año jubilar es meditar esta frase “fui forastero y me acogieron” que se encuentra en una perícopa del evangelio de Mateo (25,35) muchas veces leída y escuchada por todos los presentes, y de seguro tantas veces meditada por San Vicente, y que la Iglesia, en su meditación posterior, la propuso como una de las obras de misericordia corporales que todo cristiano está llamado a poner en práctica
  1. Frase de Mt 25,35 dentro de su contexto amplio y su contexto próximo.
    • Sin duda, que es una narración muy sugerente pues dadas las circunstancias acerca de la venida del Hijo del hombre y de un juicio inminente se precisa qué se debe hacer para estar listo ante el juicio imparcial del gran Rey. Siguiendo la ilación del relato no hay ninguna exhortación a pensar o reflexionar sino a actuar, solo actuar.
    • “De modo que, si hay algunos entre nosotros que crean que están para evangelizar a los pobres y no para cuidarlos, para remediar sus necesidades espirituales y no las temporales, les diré que tenemos que asistirles y hacer que les asistan de todas las maneras, nosotros y los demás… Hacer esto es evangelizar de palabra y de obra; es lo más perfecto; y es lo que nuestro Señor practicó y tienen que practicar los que lo representan en la tierra” (SV XI, 108).
    • El Código de la Alianza, que para muchos es la sección más antigua referida a leyes para el pueblo de Israel, tiene una consideración muy especial con los extranjeros. En cuanto a las normativas sociales se habla decididamente que Israel no deberá oprimir jamás al extranjero y da incluso la razón “porque ustedes también fueron extranjeros en Egipto” (Ex 22,20; 23,9). Y empieza a unirse así al extranjero con las viudas y los huérfanos, convirtiéndose en la triada que expresa la mayor situación de pobreza dentro del pueblo de Israel (Ex 22,21), y por quien Israel deberá comprometerse a ayudarles debido a su vulnerabilidad social.
    • La influencia del exilio y la recuperación del valor de la ley de hospitalidad de los tiempos antiguos apoyó decididamente a la fundamentación religiosa del trato a los extranjeros en Israel (Dt 23,8). Y esta reflexión les llevó a mirar su propio pasado, su origen migrante, y quizá en esto el judaísmo de la diáspora colaboró decididamente. Un ejemplo claro del cambio de perspectiva son las conocidas “historias ejemplares” o “historias noveladas” que fueron editadas en el tiempo del judaísmo del Segundo Templo, es decir, después del exilio.
    • Pero el estilo de predicación y su acción taumatúrgica lo hacían un personaje muy particular (Mt 11,2-6: encuentro con los discípulos de Bautista), pues no apelaba a la violencia, ni al conflicto a expensas de la situación de opresión ante Roma, sino a una renovación profundamente espiritual interpretando desde esta perspectiva la Ley (ir más allá de lo estrictamente estipulado, Mt 5-7) y con ciertos matices de apertura ya conocida por Israel para los paganos o extranjeros (Mt 15,21-28: la mujer cananea; Mt 28,5-13: la curación del criado de un oficial romano; Mt 12,38-42: ejemplos de extranjeros en el AT).
    • La asamblea de Jerusalén fue el espacio donde se habló sobre la suerte de los paganos (Gal 2,1-10; cf. Hch 15). Fue un primer paso, pero no el decisivo que vendría mucho tiempo después cuando la Gran Iglesia proclamaría la catolicidad de la Iglesia. Por tanto, no se restringió ni se les obligó a los paganos hacerse judíos, aunque debían guardar los mandamientos noáquicos que todo gentil podía cumplir si deseaba participar del estilo de vida judío sin pertenencia jurídica alguna a él.
    • La figura de Abraham no solo se encumbra al llamarlo el Padre de la fe o del pueblo de Israel, sino que se le reconoce también como un notable ejemplo de anfitrión generoso convenientemente presentado en el episodio conocido como la hospitalidad de Abraham para con los tres forasteros en el encinar de Mambré (Gn 18). El narrador nos anticipa lo que contará a continuación: “se apareció el Señor” a Abraham. Pero de pronto, son tres hombres los que se detienen en la entrada de su tienda.
    • Así tenemos, pues, en primer lugar, la aparición del ángel del Señor cerca del terebinto de Ofrá en el entorno de la casa de Abiezer, para anunciar a Gedeón su misión de salvar a Israel del poder de Madián (Jue 6,11-12ª)
    • y en segundo lugar tenemos la aparición otra vez del ángel del Señor quien se apareció a la mujer de Manoj para anunciarle el nacimiento de su hijo Sansón (Jue 13,3).
    • Un segundo pasaje que nos habla de la aplicación de la ley de hospitalidad es el caso de Lot, sobrino de Abraham. Si Abraham abre las cortinas de su tienda en Mambré a los visitantes, Lot sentado a la entrada de la ciudad, les abre las puertas de su casa en la gran ciudad de Sodoma (Gn 19,1ss).
    • Los espías israelitas son enviados para explorar la región y en especial la ciudad de Jericó y para pasar desapercibidos llegan a la casa de una prostituta llamada Rahab siendo hospedados por ella. Ante el miedo que generaba la presencia de Israel en las cercanías de Jericó y avisados de la presencia de tales espías, los habitantes de Jericó emprenden una búsqueda para dar con ellos. Rahab los esconde y ante la insistencia de sus captores niega que se hallasen en su casa y más bien les anima a perseguirlos pues ya se habían marchado.
    • Pero Elías, el huésped, le pedirá que confié sin temor de que lo poco de harina y de aceite persistirá para ella, su hijo y él mismo como provisión por un buen tiempo (1Re 17,7s).

Por su parte, Eliseo, sucesor de Elías, tiene un pasaje similar (2Re 4,8-37). Eliseo atravesaba Sunam y una mujer rica le sale al encuentro y le insiste en que reciba su atención. Cumple con toda la atención y con su esposo le instan al profeta a quedarse en una sala preparada cuando se dé la ocasión.

  • Otro grupo de narraciones relacionados con la hospitalidad la encontramos con los viajeros que llegan alrededor de los pozos de los pueblos. Estos lugares son puntos de encuentro obligado no solo de los forasteros que llegan para saciar de su sed y asearse convenientemente sino también de las mujeres donde se concentran para abrevar a los rebaños, lavar sus enseres y las ropas, recolectar el agua necesaria para preparar los alimentos y demás requerimientos para la atención de la casa, así como también se convierte en un espacio de comunicación entre ellas. Si hay algo que une a estas narraciones también es la posibilidad de encontrar allí a una futura esposa dándose así el necesario cortejo
  • Esta terrible experiencia plasmará lo contrario de la hospitalidad contra el extranjero, la opresión y esclavitud. Dios tomará partido por Israel y se empezará a tejer una historia de lucha entre dos poderes, el del Dios de los patriarcas y el del faraón, el primero que les ofrecerá libertad si saben confiar y llegar hasta el Sinaí donde sellarán su alianza, y el segundo que les conminará a vivir en sus tierras solo para servirles con humillaciones y explotación laboral

Ver todo el documento.

Loader Loading...
EAD Logo Taking too long?
Reload Reload document
| Open Open in new tab

Descargar archivo [415.34 KB]

P. Mario Yépez Barrientos, cm

Leave Comment