LECTIO DIVINA – III DOMINGO ADVIENTO –Ciclo A

¿ERES TÚ EL QUE TENÍA QUE VENIR?

LA PALABRA HOY: Isaías 35, 1-6.10; Salmo 145; Santiago 5, 7-10; Mateo 11, 2-11
Ambientación para todo el adviento: Camino de papel con cuatro velas a lo largo de él. Al iniciar la celebración se pone un cartel con la frase: “¡Te esperamos!” y se enciende la tercera vela.
Cantos sugeridos: Cerca está el Señor, Ven Señor no tardes

AMBIENTACIÓN:
“Estén alegres en el Señor” es el mensaje de este tercer domingo de Adviento. ¿El motivo? El Señor está cerca y con él viene la Salvación que comienza a hacerse realidad en Jesús de Nazaret. Alabemos con alegría y júbilo a Dios que es fiel a su Palabra.

Oración inicial
Señor Jesús, los discípulos de Juan vienen
y te preguntan si eras Tú el esperado,
o si debían esperar a otro…,
y fue ahí, que Tú hiciste referencia
a tu vida, a tus actos, a tu manera de ser,
a tus actitudes y gestos, para confirmar tu identidad, por eso, Señor,
te pido, que me ayudes a ser consciente,
de que creer en ti, no es teoría,
sino vida y actitudes,
que seguirte a ti, no es cuestión
de prácticas rituales y externas,
sino una manera de ser y de actuar,
buscando identificarnos contigo,
queriendo hacer vida tus mandamientos,
buscando ser como Tú.
Ayúdanos a que en esta Navidad,
nuestra vida exprese nuestra fe en ti
y así hagamos ver que somos cristianos.
Que así sea.

LECTIO ¿Qué dice el texto? Mt 11, 2-11 

Motivación: No siempre es fácil reconocer ni al enviado ni la salvación que Dios ofrece. Sobre todo, si no coincide con nuestros esquemas mentales o religiosos. Se necesita una búsqueda sincera y un saber aceptar lo bueno que viene de Dios. Juan Bautista obró así. Escuchemos: 

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a dos de sus discípulos para preguntarle:
– ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
Jesús les respondió:
– Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los cojos andan;
los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan,
y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!
Cuando ellos se fueron, Jesús se puso a hablar con la gente sobre Juan:
– ¿Qué salieron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salieron?, ¿a ver a un profeta?
Si, les digo, y mucho más que a un profeta; él es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti,
para que prepare el camino ante ti”.
Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; y sin embargo el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.

Preguntas para la lectura: 

  • ¿Qué preguntan a Jesús los discípulos de Juan Bautista? ¿Cómo les responde Jesús?
  • ¿Qué signos que realiza el mensajero de Dios (Is 35, 5-5 y 61, 1-3) con los signos que Jesús lleva a cabo?
  • ¿Qué bienaventuranza añade Jesús al final de la cita de Isaías? ¿Qué quiere decir con ella?
  • ¿Qué dice Jesús de Juan Bautista? ¿Cuál es su misión?
  • ¿Qué comparación utiliza para marcar la firmeza y el compromiso de Juan con la voluntad de Dios?

MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?

Motivación: La vida y la misión de Juan están en función de Jesús, del anuncio de su venida definitiva. La meditación de este evangelio ayude a iluminar nuestra misión a favor del Reino. 

  • “…eres Tú el que debe venir o tenemos que esperar a otro? (Mt 11,3)” Hoy para nosotros, ¿qué importancia tiene esta pregunta?, ¿por qué?
  • Entre las obras que Jesús enumera como signo de su identidad para los discípulos y para el mismo Juan está la de curar. ¿La curación que yo le pido a Dios es solamente la física? ¿Hay alguna actitud en mí que necesite ser curada? ¿Cuál?
  • Dichoso el que no encuentre en mí motivo de tropiezo. ¿Qué actitudes de Jesús siguen siendo escandalosas para mí, y por tanto, me cuesta aceptar o entender?
  • ¿Redescubro mi vocación como profeta de Dios? ¿Qué debo mejorar para ser mejor profeta del Señor?
  • ¿Busco realmente ser mensajero de Dios y preparar los caminos para que las personas se encuentren con Él?

ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra

Motivación: Para conocer mejor a Jesús y descubrir las esperanzas que trae, no hay mejor cosa que ponerse en actitud de oración y dejar que la Palabra resuene e ilumine nuestra vida y nuestros proyectos futuros. 

  • Luego de un tiempo de oración personal, compartimos nuestra oración. Se puede recitar el Salmo 145 

CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

 Motivación: La mejor prueba de la verdad de Jesús de Nazaret no fueron sus palabras, fueron sus obras. Él está haciendo lo que el Dios del profeta Isaías vendría a hacer a su pueblo: está despegando los ojos del ciego, abriendo los oídos del sordo, limpiando a los leprosos, resucitando a los muertos, anunciando el evangelio a los pobres. San Vicente decía al respecto con mucha claridad: “Vuestras resoluciones tienen que ser de esta manera: yo iré a servir a los pobres, procuraré hacerlo de una manera sencillamente alegre para consolarlos y edificarlos” (IX, 47) 

  • ¿Qué podemos hacer para que nuestras obras apostólicas seas signos claros del Reino?

Oración final
Gracias, Señor,
porque me invitas a allanar los senderos,
a preparar el camino para que vengas.
Gracias, Señor,
porque quieres contar conmigo.
Gracias, Señor,
porque quieres entrar en mi casa
y hacer de ella una morada nueva.
Gracias, Señor,
porque te acuerdas de nosotros
y de mí,
y te pones en el camino
por el que yo voy caminando,
para que te encuentre
porque Tú me has encontrado.
Gracias, Señor, porque vienes,
porque estás, porque estarás.

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En Power Point (Sor Pilar Caycho, HC)

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