El evangelio según san Marcos de donde se toma el relato que se proclama en esta solemne vigilia pascual nos hace saber que cuando pasó el sábado, es decir en la madrugada del primer día de la semana, el domingo, unas mujeres piadosas, cuyos nombres son mencionados y sabemos que fueron María Magdalena, María de Santiago y Salomé, después de comprar perfumes para ungir el cuerpo de Jesús, cuyo cuerpo sin vida, habiendo sido bajado de la cruz, su cuerpo fue puesto en aquella tumba nueva cavada en la roca y cuya entrada fue cerrada rodando una gran piedra.  

Se dirigen estas piadosas mujeres hacía la tumba para embalsamar el cuerpo del Señor. Es el amor que estas mujeres sienten por el difunto lo que las lleva a echarse al camino cuando todavía no salía el sol para ir a ungir el cuerpo del Señor. Cuando ya están en el camino se dan cuenta de la dificultad que van a tener para ungir el cuerpo del Señor, “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?, ellas se mueven por el amor y cariño que le profesan al Señor. 

Pero se han olvidado o tal vez no estaban presentes cuando el Señor anunciaba que al tercer día iba a resucitar.  

Ante esta dificultad ellas no regresan al pueblo para buscar ayuda de quién les mueva la piedra que sella el sepulcro; continúan avanzando hacía la tumba, tal vez recordando aquella respuesta que Abraham había dado a la pregunta de Isaac, el hijo de la promesa, ¿padre llevamos leña, cuchillo, pero y la ofrenda, el cordero dónde está? Y respondió Abraham “Dios proveerá”. Lo importante es llegar a la tumba ya Dios proveerá quién mueva la piedra. 

No  serían las mujeres las únicas en olvidar lo dicho por el Señor, que al tercer día resucitará, puesto que también lo olvidaron los discípulos que no comprendían eso de “resucitar al tercer día” y que les llevo a entrar en discusión tratando de comprender aquella frase dicha por el Señor.
Tal parece que la suerte está de parte de las mujeres ya que al llegar al sepulcro encontraron la piedra corrida a pesar que era una piedra grande, ahora sí que van a poder cumplir con su cometido, ungir con perfume el cuerpo del Señor, ya Él había adelantado que su cuerpo estaba siendo embalsamado cuando la mujer aquella derramo aquel perfume costoso sobre su persona y algunos comentaban que mejor hubiera sido venderlo para dar con la ganancia ayuda a los pobres. 

Pero grande es la sorpresa que se llevaron las mujeres al encontrar aquel personaje vestido de blanco dentro de la tumba donde han ingresado las mujeres y entonces él les dirige la palabra para comunicarles algo inaudito.  

Y lo que les anuncia es que a quien a aquel a quien ellas buscan, al crucificado, ya no está en el sepulcro y la razón de esta ausencia es por qué ha resucitado. Y como para convencerlas las invita que miren el sepulcro donde lo habían puesto y que ahora ven que está vacío. 

El cómo fue no lo sabemos, pero el qué sucedió si lo sabemos y es que aquel que fue tomado preso, juzgado, condenado, azotado, coronado de espinas, cargado de una cruz, crucificado, muerto en cruz, sepultado, ahora ya no está en la tumba y es que HA RESUCITADO Y AHORA VIVE PARA SIEMPRE. Esta es la noticia que estás mujeres tienen que llevar a los discípulos y a Pedro para que ellos después tengan que comunicar a todos.   

Este personaje, vestido de una túnica blanca de pronto se convierte en el mensajero del mandato misionero “vayan a decir a sus discípulos y a Pedro que ira antes de ustedes a Galilea, donde empezó todo, para que ustedes puedan verlo y así se cumpla lo que Él les había dicho que lo volverían a ver.

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN PARA TODOS USTEDES HERMANOS Y HERMANAS, Y QUE LA ALEGRIA DE ESTA NOTICIA NO SE AGOTE EN SUS VIDAS PUES EL SEÑOR QUIERE UNA VIDA FELIZ PARA TODOS…  

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