Queridos hermanos, estamos en la mitad del camino pascual y a puertas de recordar otros acontecimientos importantes dentro de la vida del Señor. Este domingo sigue marcando el momento culmen de nuestra salvación. Queremos consagrar todo nuestro ser a la gloria de Dios por todas sus maravillas derramadas sobre cada uno de nosotros.

Hoy es el domingo en que toda la Iglesia ora por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal. Espero que no se reduzca solo a este día, sino que fomentemos continuamente en todas las familias la “cultura vocacional”. Es común escuchar en todos lados la existencia de múltiples test vocacionales, ahora llamamos a todo “vocación” y en verdad lo es, creo que se está haciendo común una cosa por otra. Nuestra intención desde el seno de la vida de cada cristiano es fomentar las vocaciones dentro del marco del llamado que hace el Señor, “Tú, ven y sígueme”. La llamada es sin duda personal, pero no en un abandono total, sino dentro de la vida comunitaria, por ello es importante tomar conciencia de la oración continua y sin desmayar por el surgimiento de nuevas vocaciones. Es mirar desde donde estoy por todo lo que ello involucra, es mirar al buen pastor.

La figura presentada en el evangelio de este domingo, refleja la preocupación de un pastor bueno, que no deja de preocuparse por sus ovejas, no porque no confía en ellos, sino porque hay una imperiosa fuerza que involucra la tentación misma de la sociedad.

Las ovejas escuchan mi voz. En este camino de cercanía, es el Señor que transmite una relación de fidelidad y de amor por todas aquellas ovejas que están dentro de la comunidad, las conoce, las escucha, las mira, las alimenta, las protege, las acaricia y nos exige fidelidad al redil. Fidelidad de seguir caminando por donde él mismo camina, sabiendo que todo el rebaño tiene que emprender caminatas largas y muy peligrosas para encontrar pastos seguros , pero todo ello para estar seguros, nos entrenamos para saber caminar en agua, tierra, aire y fuego, sin condicionar la libertad. Por ello el sentido, de las otras que no están en este redil, es un tema de libertad. El Señor nunca anulará la libertad de los demás, pero invitará a estar atentos cuando las distintas voces ya no son las mismas. Siempre está el ideal, que todos sean uno, como él es uno con el Padre. Dentro de esta diversificación debemos aprender a conectar las cosas que nos unen, no las que dividen, sino seguiremos contribuyendo a la inestabilidad dentro de la misma comunidad y dentro del ámbito social.

Que el buen pastor siempre nos acompañe, que sepamos diferenciar la voz verdadera, que caminemos por los caminos de aquellos mayores que ya conocen el camino, y saben a la perfección el lugar donde no debemos pisar. Quizás sea este tiempo un tiempo, para agradecer la sabiduría de nuestros consagrados y sacerdotes mayores, ellos sean forjado en la verdad y han sabido luchar hasta estos días. Que su valentía y testimonio sean luz para las generaciones jóvenes.

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