Queridos hermanos, ya casi estamos en las puertas del acontecimiento maravillo de nuestra salvación. Es justo y necesario no perder de vista los pilares de la cuaresma, que son los medios que nos ayudan a vivir mejor este tiempo de gracia y bendición.

El evangelio de este domingo nos presenta un anticipo de esa realidad por la que pasará nuestro Señor Jesucristo y por la cual todos hemos alcanzado nuestra liberación del dominio del mal. Es el Hijo único que prefigurado en la historia de salvación, será puesto como estandarte por delante de todos los hombres, estará elevado en un trono totalmente distinto a la majestuosidad de aquellos que tienen solo un poder temporal. Es mirar en lo alto de la montaña el único camino para llegar al cielo, la cruz salvadora es el estandarte que guía nuestra vida.

Otro momento importante es tener presente el signo que nos presenta el Evangelio de Juan, la luz, este binomio luz-tinieblas, nos recuerda un camino que debemos seguir.

¿Qué preferimos, vivir en tinieblas? En esta realidad caminamos a tientas, no nos fijamos qué camino recorremos, sin luz nuestro caminar no tiene visibilidad, en las tinieblas el hombre se ve tentado a cometer alguna falta porque cree que nadie lo ve. Aun viviendo en las tinieblas de un corazón que solo tiene espacio para la maldad, no perdemos la esperanza de que comience a bombear sangre nueva. No hay lugar en la cual el Señor no deja de mirarnos.

¿Qué preferimos, caminar en la luz? Esta es una realidad que nos permite caminar seguros, porque podemos divisar los peligros y obstáculos que encontraremos en el camino de la vida. Quien camine en la luz, tiene la certeza de que su camino es más seguro de aquel que ha optado caminar bajo la oscuridad. En esta realidad nos acompaña el Señor, porque la luz, que es camino, verdad y vida, no se separa de nosotros, y si por cosas de la vida nos encontramos en un camino oscuro, no tengamos miedo, porque por delante tenemos la luz que va iluminando nuestro camino.

Queridos hermanos, ya casi en el tramo final de la cuaresma, no bajemos la guardia de nuestro camino de cristianos. Tengamos presente que la cuaresma no puede pasar solo como un mero tiempo que la Iglesia tiene para que la liturgia sea colorida, esto jamás, todo tiempo tiene que ser vivido con la exigencia que esta requiera.

Escojamos hermanos qué camino seguir, el camino del bien, la luz, o el camino del mal, las tinieblas. Cada uno tiene a respuesta. No perdamos tiempo y energía.

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