Nos presenta el evangelio de este domingo al Señor Jesús caminando. Es importante tener presente esta actividad en la vida del Señor Jesús ya que Él ha sido enviado por el Padre para que anuncie la salvación a todos los hombres. He ahí la razón por la que el Señor Jesús siempre está caminando y hace su enseñanza mientras va de camino, cuando entra en los pueblos incluso enseña en las sinagogas ya que Él está de camino para cumplir su misión y enseña a todo aquel que esté dispuesto a escucharlo.

En este pasaje aparece de camino a Jerusalén y está pasando entre Samaria y Galilea y es en este contexto que vienen a su encuentro diez leprosos que según la ley no debían transitar los caminos de los demás sino que debían evitarlo por lo que solían ir orillando y a una distancia prudente del camino y si se percataban que un hombre sano se les acercaba debían prorrumpir en gritos dando la alerta y decían “impuro, impuro…” hasta que el hombre cambiase el rumbo de su camino. De allí el detalle del relato que no hace saber que “que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.”

Su impureza ritual no les impide a estas diez personas dirigirle la palabra al Señor Jesús para pedirle que se apiade de ellos, pedido que fue escuchado por el Señor Jesús tuvo compasión de ellos pues los envió para que se presenten ante el sacerdote para que este les dé el certificado que expresaba que estaban limpios, que dicho sea de paso, sucedió, no delante del Señor, sino que sucedió mientras iban de camino al templo para presentarse al sacerdote.

El relato nos hace saber que de aquel grupo de leprosos uno de ellos al ver que había quedado limpio se volvió ALABANDO A DIOS a grandes gritos para AGRADECER al Señor Jesús.

El Señor se sorprende que solo uno haya vuelto para DAR GLORIA A DIOS. Esto es lo que le preocupa, que su Padre reciba la GLORIA, en todo caso que a los otros solo les preocupe la recuperación de la salud, es una preocupación válida, pero que  no se preocupen de dar GLORIA A DIOS de quien se recibe todo bien y en este caso el don de la salud sí que es preocupante ya que el certificado que van a recibir los autoriza a participar nuevamente de la liturgia delante de Dios junto con toda la comunidad.

QUE EN ESTE MES MISIONERO EXTRAORDINARIO NUESTRA ORACIÓN POR LOS MISIONEROS Y LOS HERMANOS QUE VIVEN EN TERRITORIOS DE MISIÓN SEA MAS ASIDUA Y PIDAMOS PARA QUE ELLOS Y NOSOTROS QUE NOS CONCEDA EL DON DE A FE Y QUE NO OLVIDEMOS QUE ESTAMOS LLAMADOS  A ALABAR A DIOS NO SOLO CON NUESTRA VOZ SINO TAMBIÉN CON NUESTRA PROPIA VIDA.

EN LA CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN NO SOLO BUSQUEMOS LA PUREZA RITUAL SINO MÁS BIEN QUE JUNTO A ELLA BUSQUEMOS DAR GLORIA DIOS POR NUESTRA CONVERSIÓN

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