P. Emilio Torres Motta

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO

 

El evangelio de este domingo es continuación del relato del domingo pasado y el Señor Jesús sigue hablándoles a los sumos sacerdotes y ancianos del templo.

Para ubicarnos en el contexto del relato debemos recordar que el Señor Jesús ha llegado a Jerusalén e ingresado a la ciudad aclamado como el “Hijo de David” por la multitud creando alarma e interrogantes a la ciudad “¿Quién es este? Y ya dentro de la ciudad al llegar al templo echa de allí a los cambistas y se acercan a Él algunos ciegos y cojos a quienes sana y hace que los niños lo sigan proclamando “hosanna al Hijo de David” y esto causa indignación en el jefe de los sacerdotes y maestros de la ley. Después de descansar en Betania, regresa el Señor al Templo donde se le acercan los jefes de los sacerdotes y ancianos del pueblo para interrogarlo y saber con qué autoridad hace lo que hace.

El Señor Jesús antes de responder a la pregunta que le han hecho a su vez Él les pregunta sobre el bautismo de Juan si venía de Dios o de los Hombres. Ante una respuesta donde dicen no saber. Viene la historia de los dos Hijos y la posterior pregunta ¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería? Y entonces ellos responden y dejan en claro que si saben distinguir pero que no saben hacer lo que Dios quiere.

Es en este contexto en que el Señor Jesús les cuenta otra parábola a los ancianos del pueblo y a los Sumos sacerdotes parábola que empieza parecida a la que canta el profeta Isaías en la primera lectura pero que pronto sufre una variación ya que la viña si da buenos frutos, pero los viñadores no quieren darle al dueño lo que le corresponde y por el contrario ejercen violencia sobre los enviados por el dueño a reclamar los frutos que le corresponde.

Después de contar la historia el Señor Jesús vuelve a preguntar “¿qué hará con aquellos viñadores?” y nuevamente los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo vuelven a responder. Y por esa respuesta dada el Señor Jesús les vuelve a decir que no solamente las prostitutas y los publicanos les llevan ventaja para entrar en el reino de Dios, sino que, a ellos se les quitará el reino de Dios y le será dado a quienes den fruto a su tiempo, los frutos de las buenas obras que nacen de hacer la voluntad de Dios.

A la luz de la palabra de Dios nosotros debemos ser conscientes que no basta con ser miembros del Nuevo Pueblo de Dios que es la Iglesia, por el sacramento del Bautismo que hemos recibido, sino que estamos llamados a vivir según las consecuencias de la fe que hemos recibido y profesado. Todos estamos invitados a no solamente confesar nuestra fe en Cristo Jesús Señor Nuestro, sino que nuestras obras deben hablar de esa fe confesada. Cada uno es responsable de dar los frutos de buenas obras que el dueño de la viña espera recibir.

QUE TODOS TENGAN UN BONITO FIN DE SEMANA. SIGAMOS CAMINANDO AL LADO DEL SEÑOR, QUE NOSOTROS ESTE MES LO LLAMAMOS “SEÑOR DE LOS MILAGROS”

ASÍ COMO ESTA PRIMERA SEMANA QUE PASO OFRECIAMOS NUESTRAS ORACIONES POR LA PERSEVERANCIA DE LOS MISIONEROS Y LOS LUGARES DE MISIÓN.

NO OLVIDEMOS NUESTRA TAREA DE ESTA SEGUNDA SEMANA DEL MES MISIONERO: PROMOVER LA COLABORACIÓN MISIONERA OFRECIENDO NUESTRA PENITENCIA Y OBRAS DE MISERICORDIA POR LOS MISIONEROS Y MISIONERAS Y LOS LUGARES DE MISIÓN.

P. Emilio Torres, CM

Leave Comment