En la celebración de la fiesta solemne de la ASCENCIÓN DEL SEÑOR el evangelio nos presenta al Señor Jesús apareciéndose a los discípulos para darles el encargo misionero que aún hoy la Iglesia se sabe enviada por su señor para cumplir con la misión de “IR AL MUNDO ENTERO Y PROCLAMEN EL EVANGELIO A TODA LA CREACIÓN”.  

Y el cumplimiento de esta misión tiene consecuencias positivas para aquellos que escuchen la proclamación ya que el que escuchando el Evangelio llegará a la fe y “el que crea y se bautice se salvará”. 

Este encargo que hace el Señor Jesús a los Once, la Iglesia lo hace suyo como tarea a realizar por todos y cada uno de sus miembros pues del cumplimiento de esta tarea o misión depende el que la creación escuche y crea y creyendo obtenga participar de la salvación que Dios nos otorga por medio de su Hijo muy amado, nuestro Señor Jesucristo. 

Como advertencia también hace saber lo que le sucederá a aquellos que se resistan a creer después de escuchar la proclamación del Evangelio y esto como para animar a todos los que escuchan proclamar el Evangelio. 

El Señor Jesús luego de haber resucitado se le apareció en muchas oportunidades a sus discípulos y les daba pruebas de que Él mismo era quien había resucitado y paso 40 días con ellos recordándoles lo que ellos habían visto y oído mientras visitaban pueblos y ciudades donde anunciaba el Evangelio de la salvación e incluso en descampados cuando no podía entrar en las ciudades. Por eso a ellos los hace sus testigos ate el mundo ya que ellos estuvieron con Él desde el principio “ustedes también darán testimonio de mi porque estuvieron junto a mi desde el principio”. 

Transcurridos los 40 días el Señor Jesús asciende a los cielos para volver a donde está el que lo envío “ahora vuelvo a donde el que me envío” pero no se va para dejarlos desamparados a sus discípulos, sino que se va donde el Padre para enviar desde allí al nuevo Defensor que también dará testimonio de Él ante el mundo. Aquí es bueno recordar lo que confesamos en nuestra fe cada vez que rezamos el credo “…subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso y desde allí a de venir para juzgar a vivos y muertos…”. Esto que confesamos hoy lo celebramos como cumplimiento de la voluntad salvífica de Dios. 

Termina el Evangelio haciéndonos saber que los Once “se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes” y como para dejar claro que esta misión no se realiza por cuenta propia sino a cuenta de aquel que envía termina el relato haciéndonos saber que “el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”. 

PARA TODOS USTEDES HERMANOS Y HERMANAS FELIZ FIESTA SOLEMNE DE LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR. QUE SU CELEBRACIÓN NOS RECUERDE LA URGENCIA DE IR A ANUNCIAR EL EVANGELIO. 

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