El evangelio de este domingo nos presenta a los hijos de Zebedeo acercándose al Señor Jesús para hacerle un pedido concreto, pero que habla de sus aspiraciones, “Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda, como quien dice ser los primeros, por puesta de mano, adelantándose a los otros diez del grupo.

¿Cómo entendían los hermanos participar de la gloria del Señor? ¿Era la búsqueda de los primeros puestos para mejor servir a los demás, o por el contrario era la búsqueda de los primeros puestos para hacer ostentación de poder?

Por el diálogo que continua, podemos acercarnos a la respuesta de las interrogantes. El señor les hace notar que no saben lo que piden y a continuación les hace una pregunta que ellos se apresuran a contestar, tal vez pensando que con eso lograran su objetivo de sentarse uno a la derecha y el otro a la izquierda en su gloria. Pero el Señor aceptando la respuesta que los compromete les hace saber que no le corresponde a Él conceder los puestos que solicitan. Como quien dice fueron por lana y salieron trasquilados.

Este pedido que hacen los hijos de Zebedeo desencadena una reacción de indignación entre los otros diez del grupo. Reacción que aprovecha el Señor Jesús para darles una enseñanza sobre la importancia y el compromiso dentro del grupo la búsqueda de los primeros puestos.

Por eso empieza haciendo caer en la cuenta como es entre los que son reconocidos como jefes de los pueblos y los grandes, usan su posición para oprimir y tiranizar a los demás.

Luego pasa a la enseñanza en sí misma y como debe ser dentro del grupo “El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.” Es decir los primeros puestos no son para la vanagloria sino para el servicio de los demás.

Y para terminar su enseñanza el Señor Jesús se pone de ejemplo y medida para los que desean o anhelan los primeros puestos “ Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

O si preferimos el Señor Jesús nos enseña a través de lo dicho al GRUPO DE LOS DOCE como debemos relacionarnos entre los que decidimos seguir le como discípulos-misioneros al sentirnos llamados a reconocerlo como el que ha sido enviado por el Padre Bueno para que sea el salvador de todos y nos enseñe el camino que nos lleva al Padre.

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