Avanzamos en nuestro mes patrio y cada vez estamos más cerca para celebrar el bicentenario de nuestra independencia, sigamos orando por la unidad de todos los peruanos. Pidamos al señor nos otorgue sabiduría a todos para poder seguir avanzando en la consecución de un progreso y desarrollo de nuestro país y que este alcance a todos los que vivimos en esta tierra bendita y así superemos las diferencias que hemos contemplado en este tiempo de pandemia. 

El evangelio de este domingo nos presenta al Señor Jesús que va llamando a los doce, a quienes se les llamará Apóstoles, para irlos enviando de dos en dos.  

Al enviarlos les da autoridad sobre los espíritus inmundos, para que ellos también, en su nombre pudieran liberar a los oprimidos por estos espíritus para que libres de sus ataduras puedan vivir en la libertad de los hijos de Dios. 

Llama la atención que el Señor Jesús se tome su tiempo para decirles lo que deben llevar para el camino y lo que no deben llevar. Pueden llevar un bastón y sandalias, pero lo que no deben llevar es pan, alforja, dinero suelto y túnica de repuesto.  

Tratando de comprender porque unas cosas si y otras no, podemos conjeturar que el bastón si porque sirve para ayudarse en el avance del camino y en todo caso para defenderse del ataque de los perros y no dejarse morder, pues una mordedura puede hacer que ya no puedan cumplir la misión y las sandalias por si las que llevan puestas se gastan o se rompen de tanto caminar y puedan reemplazarlas por otras y así continuar con la misión recibida.  

Tratando de comprender el por qué, de lo que no deben llevar podemos conjeturar que el pan, alimento necesario para realizar la misión, sin embargo, la negativa debe apuntar a poner la confianza en el Padre que da de comer a las aves del campo que ni siembran ni cosechan pero que sin embargo no pasan hambre. Lo mismo sucede con la alforja ya que ella se usa para llevar el fiambre o lo necesario para el camino. Tienen que aprender a confiar en el dueño de la mies y descubrir que la misión que van a realizar es obra de Dios por medio de ellos. La indicación que no lleven dinero suelto apuntaría en la misma dirección de las anteriores y es que tienen que aprender a confiar en aquel que los ha llamado y enviado para hacer la cosecha de la mies. 

Luego sigue la recomendación de quedarse en la misma casa hasta que se vayan de aquel lugar y que tendría una enseñanza de cuestión práctica ya que si se cambia de casa puede dar lugar a conjeturas o interrogantes sobre la motivación del cambio de casa.  

También está presente la recomendación de cómo comportarse cuando en un lugar no los reciben o escuchen, y es que el sacudirse los pies es un gesto que sirve de testimonio de una negación, pero también de un gesto que, al recordarse de él en el futuro, puede llevar a recapacitar más adelante a quienes se negaron a recibir o escuchar y se animen por fin a hacerlo. 

Termina el relato del evangelio haciéndonos saber que los Apóstoles “salieron a predicar la conversión” y acompañaban la predicación con la curación de muchos enfermos a quienes ungían con aceite, elemento que se usaba en la época para aliviar males corporales. 

CELEBREMOS GOZOSOS A LA MADRE BUENA DEL CARMELO ESTE VIERNES 16. QUE SIGA INTERCEDIENDO “POR NOSOTROS PECADORES AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE…” 

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