DOMINGO ASCENSIÓN DEL SEÑOR: P. RUBEN

Queridos amigos reciban mi cordial saludo en este Domingo “día del Señor”, que celebramos la Ascensión del Señor.
Y también, civilmente, celebramos en nuestro país: el día de la Madre.
Reciban pues mi fraterno abrazo, el que hago extensivo también a todas las mamás.
La Ascensión del Señor marca el culmen de la existencia terrena de Jesús. El evangelista Lucas autor de los Hechos de los Apóstoles (Hch.1,1-11) inicia el acontecimiento de Jesús en Galilea, llegada a Jerusalén y ahora la Ascensión a los cielos. Su Ascensión no es ausentarse del mundo, sino marca el inicio de un nuevo tipo de presencia entre nosotros, y esto gracias a la acción del Espíritu Santo, y así nos preparamos para celebrar el próximo domingo la fiesta del Espíritu Santo (Pentecostés).
La primera lectura nos habla de ello, la Ascensión inicia el camino que han de recorrer los Apóstoles anunciando el Evangelio “hasta los confines del mundo”.
El salmo 46, es la Alabanza a la majestad de Dios.
La carta del apóstol Pablo ( Ef.1,17-23). La grandeza de Dios se descubre en el corazón: Dios no dé “Espíritu de Sabiduría y de revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que han sido llamados”.
El evangelio de Marcos (Mc.16,15-20), concluye con el Mandato de “proclamar el Evangelio a toda la creación”. La gracia del Espíritu de Cristo acompañará en esta misión apostólica.
Así la tarea de la Iglesia queda definida: alcanzar la conversión a Cristo, compartir esta experiencia a los demás, para que su “Evangelio llegue a todas partes”. Por el bautismo estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe, y ser misioneros, portadores de Cristo, continuadores de la misión del mismo Hijo de Dios.
En este día de la Ascensión ce celebra la 58 jornada mundial de las comunicaciones sociales: (tema): “inteligencia artificial y Sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana”. Es el mensaje del Papa Francisco.
Va mi saludo a todas las mamás y aquellas que tienen el corazón de madre.
Saludamos a nuestra Madre del cielo, la Virgen María, madre de Dios, madre de la Iglesia.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.