Este domingo el evangelio nos presenta a los apóstoles, regresando de la misión recibida de parte del Señor Jesús a quienes envío de dos en dos para realizarla. Cumplida está misión, los doce regresan y se reúnen nuevamente con el Señor Jesús y le cuentan todo lo que habían hecho y enseñado, allí donde les había tocado ir para cumplir con la misión.
Cada pareja ha cumplido su misión con la urgencia que habían sido enviados y regresaron alegres y satisfechos de haber hecho aquello que el Señor Jesús les había pedido que hicieran.

El Señor Jesús después de reunirse con los APÓSTOLES y escuchar lo que le contaban, Él los invita a ir a un lugar tranquilo donde puedan descansar un poco. La razón para invitarlos a ir a un sitio tranquilo lo expresa el evangelista diciendo que “eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer” dando a comprender con esto que la urgencia de anunciar el evangelio de la salvación sigue vigente y que siempre se necesitará más trabajadores para ser enviados a hacer la cosecha. Nunca serán suficientes los obreros que hay pues siempre se necesitarán más.

La invitación hecha por el Señor Jesús es aceptada por los enviados y entonces todo el grupo junto con el Señor se embarcan y se dirigen a un lugar tranquilo y apartado. Todo indica que efectivamente van a poder descansar después de la tarea cumplida hasta que llegan al lugar donde van a desembarcar y oh sorpresa, una multitud los espera, una multitud comparable a ovejas sin pastor por quién el Señor Jesús siente compasión y entonces se puso a enseñarles muchas cosas.
Y entonces los que fueron enviados , comprenden que la urgencia de anunciar el evangelio es mucho más urgente que lo que ellos se habían imaginado y lo comprenden claramente cuando ven al Señor Jesús que se puso a enseñarles muchas cosas que lo lleva a postergar el descanso y la comida para otro momento.

El anuncio urgente de la Buena Noticia se hace patente cuando quienes necesitan escucharla, la buscan con urgencia y saben reconocer a quien se la pueden anunciar. De ahí que “muchos que los vieron marcharse y los reconocieron” no ahorran esfuerzo por encontrarse con ellos y como termina el relato del evangelio su esperanza no queda defraudada ya que el mismo Señor Jesús se pone a anunciarles la Buena Noticia y los enviados comprenden más claramente la urgencia de anunciar el evangelio porque la gente busca escuchar ese anuncio.
Ahora comprenden él porque no se deben entretener allí donde no los quieran recibir ni escuchar y porque deben partir de allí, y es porque en otros lugares hay muchos que si están esperando recibirlos y escucharles este anuncio del que el Señor Jesús los envío a predicar.

OREMOS POR LA UNIDAD DE TODOS LOS PERUANOS PARA PODER CELEBRAR UNIDOS NUESTRO ANIVERSARIO PATRIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ.

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