Este domingo el evangelio nos presenta al Señor Jesús atravesando nuevamente en barca a la otra orilla del lago, es decir el Señor Jesús se va moviéndo por los alrededores para realizar la misión recibida y que consiste en anunciar a todos las gentes el Evangelio de la Salvación.
El relato nos hace saber que mucha gente, es decir “una gran multitud se reunió a su alrededor”. Es gente que sale de sus aldeas y pueblos para ir al encuentro del Señor, lo que nos indica que ellos han escuchado hablar del Señor Jesús o tal vez ya lo han escuchado con anterioridad y por eso lo buscan para seguir escuchándolo, de ahí que el Señor se quedó con ellos junto al mar.
Jairo, el jefe de la sinagoga, es uno de ellos, uno que ha escuchado hablar del señor; Jairo es un padre de familia que tiene enferma a su hija y por eso va a buscar al Señor para pedirle que vaya a curar a su hija enferma “…ven pon las manos sobre ella, para que se cure y viva”, son palabras que expresan confianza en que el Señor Jesús puede curar a su niña enferma pero que a la vez expresa la creencia del padre, que si el Señor Jesús impone las manos sobre su niña enferma esta se va a curar.
El Señor Jesús decide ir con Jairo a su casa donde se encuentra la niña enferma.
Cuando están de camino llegaron de la casa de Jairo, para comunicarle que “…tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?
Es la conformidad de quienes viven el día a día y por lo tanto saben que ya no hay nada que hacer frente a la muerte de alguien y que solo queda darle sepultura.
Pero el Señor Jesús se encarga de dar esperanza al padre de familia a quien le pide que no tema y que solamente tenga fe.
Para ir a la casa de Jairo, el jefe de la sinagoga, el Señor Jesús se hace acompañar de Pedro, Santiago y Juan.
Lo que encuentran en la casa de Jairo, es lo que normalmente suele suceder donde hay un fallecido: llanto, desesperación, lamentos y gritos de dolor que no se pueden contener ante la realidad de la muerte de un ser querido.
El Señor Jesús pregunta por la razón de tanto alboroto, y manifiesta que la niña no está muerta, está dormida.
Lo que acaba de decir el Señor Jesús sobre la niña, la gente lo toma como broma de mal gusto, por eso se preguntan como este, puede asegurar que la niña está dormida, acaso ellos no saben cuándo ha muerto una persona, cuantas veces han tenido que asistir al fallecimiento de alguien y saben que sucede cuando alguien muere, por eso conjeturan que quien les habla no sabe nada de esto, y por esa ignorancia manifiesta, es que se ríen de Él.
El Señor Jesús junto con Jairo y su esposa se allegaron hasta donde estaba el cuerpo de la niña a quien toma de la mano y le habla y la niña se levantó inmediatamente y nuevamente empezó a caminar y el señor Jesús pide que se le de alimentos para que pueda comer. Este momento nos recuerda al Señor Jesús junto a la tumba de Lázaro a quien también le habla y Lázaro se levanto de la tumba donde se encontraba.
La fe del padre expresada ante el Señor Jesús al inicio del relato no ha quedado defraudada, el pedido que el Señor Jesús le hizo a Jairo, de que no tema y mantenga su fe ha sido confirmada ya que ahora una niña ha sido levantada para seguir caminando.

En este relato del evangelio aparece inserto casi a la mitad otro relato que habla de una mujer enferma que había oído hablar del Señor Jesús y por eso se acerca a Él por detrás creyendo que si toca la orla del manto del Señor Jesús ella será capaz de curarse.
Cuando la mujer logra su objetivo, efectivamente siente que se ha curado tal como había creído y que la llevo a acercarse al señor Jesús.
Luego de ocurrido este hecho prodigioso y después de preguntar el Señor Jesús quién fue la persona que se le ha acercado hasta el con fe, la mujer se da a conocer y confiesa al señor todo, por lo cual el Señor Jesús la conforta y la anima diciéndole “Hija tu fe te ha curado”; no solamente la conforta y la anima, sino que también la envía en paz y con salud”.

En los dos relatos se resalta la fe de los personajes: la de Jairo y de la mujer, y el Señor permite que las cosas se realicen como ellos quieren.
Él Señor en su largo caminar anunciando el evangelio de la salvación, buscara despertar una fe en la gente que las lleve a buscar a Dios por ser Dios, sin otro interés que estar con Él, una fe que nos haga comprender que somos nosotros los que debemos hacer lo que Dios quiere y no que Dios haga lo que yo o tú queremos.

FELIZ TÉRMINO DE MES DE JUNIO Y UN BUEN INICIO DEL MES DE JULIO, NUESTRO MES PATRIO.
DIOS BENDIGA A NUESTRO PERÚ Y A SU GENTE.

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